domingo, 4 de noviembre de 2012
Me mudo a Wordpress....
Me mudo de plataforma de blogs. Me voy a la competencia: http://historiasinutiles.wordpress.com/
Allí podréis encontrar un blog con un nuevo y atractivo diseño donde seguiré hablando de las dos cosas que más me gustan: la historia y la ciencia ficción. Pasado y Futuro.
Pero no cierro este blog aunque las nuevas entradas se harán en el otro. Por cierto, ya hay un nuevo post sobre una subasta de fotos de la carrera espacial norteamericana y soviética.
Aquí va el enlace: http://historiasinutiles.wordpress.com/2012/11/04/la-batalla-nasa-urss/
jueves, 25 de octubre de 2012
La extraña celebración de Cherburgo
Cada uno de noviembre se produce
en la ciudad francesa de Cherburgo, en la región de Normandía, un curioso
homenaje. Las autoridades civiles y militares rinden honores a los marinos
desparecidos de los buques norteamericanos Alabama y Kearsarge. Hasta
aquí no hay nada raro. Los EE.UU han participado en dos guerras mundiales que
se han desarrollado, en parte, en Francia. Pero lo extraño del tema es que los
barcos se hundieron el 19 de junio de 1864, en plena guerra civil norteamericana.
La guerra de Secesión enfrentó
desde 1861 a 1865 a 23 estados de la Unión contra siete de la Confederación.
Durante cuatro largos años el Norte luchó contra el Sur en el conflicto más
sangriento del siglo XIX, a excepción de las guerras napoleónicas. Murieron más
de 600.000 soldados y cerca de 400.000 fueron heridos o mutilados.
La guerra se produjo en
territorio norteamericano pero también lejos de las fronteras de ese país. Por
ejemplo, cerca de las costas europeas. El 11 de junio de 1864 el buque sudista Alabama (en la imagen de la izqda.), construido dos años antes en
los astilleros de Liverpool para la Confederación, llegó al puerto de
Cherburgo. Este hecho no pasó desapercibido a los servicios secretos de la
Unión que rápidamente alertaron a la marina nordista. El barco rebelde había
hundido en dos años a decenas de barcos comerciales que viajaban hacia la Unión
en el Océano Atlántico y en otros mares, convirtiéndose en una pesadilla para
la economía federal.
El gobierno de Lincoln ordeno al barco
de guerra USS Kearsarge, que estaba buscando
al CSS Alabama, que patrullara en las
aguas cercanas a Cherburgo porque los sudistas estaban en dicha ciudad. Durante
los dos años más de veinte barcos de la Unión habían estado buscando al
Alabama. El barco unionista llegó a aguas territoriales francesas el 14 de junio,
y se dejó ver a las afueras del puerto. El 19 de junio, el CSS Alabama salió al encuentro del barco
enemigo.
El duelo marítimo se prolongó
durante horas y los testigos oculares describen que el Alabama disparó ciento
cincuenta veces sus cañones mientras que su rival lo hizo en cien ocasiones. El
enfrentamiento produjo, al menos, 24 muertos. Finalmente, el barco confederado
se hundió en aguas francesas. Su capitán, Raphael Semmes, consiguió escapar con más de
40 de sus tripulantes hacia las costas inglesas mientras el USS Kearsarge,
seriamente dañado, se retiró del escenario del combate naval.
Las autoridades francesas solo se
pudieron rescatar tres cuerpos. Estos tres marineros desconocidos son los que
están enterrados en Cherburgo. Cada uno de noviembre se les rinde homenaje a
ellos, y a sus compañeros desaparecidos. Uno de los cañones del CSS Alabama fue
rescatado y hoy se puede ver en la Cité
de la Mer de Cherburgo.
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miércoles, 10 de octubre de 2012
La ciudad de los tanques de Stalin
En el corazón de los Montes
Urales 40.000 obreros trabajaron sin descanso durante la IIGM en una ciudad
desconocida para los occidentales: Cherliábinsk o “Tankogrado” como se la
conoce popularmente en ese país. Su misión era construir todo tipo de vehículos
acorazados para el Ejército Rojo de la URSS en su lucha contra los alemanes.
Cheliábinsk está situada a 210
kilómetros al sur de Ekaterimburgo, y por ella pasa el ferrocarril
Transiberiano. Durante la IIGM se construyeron en sus alrededores numerosas
fábricas, a lo que hay que añadir también la instalación de industrias e
institutos científicos y tecnológicos de la parte europea de la Unión Soviética
entonces invadida por los alemanes. Principalmente, se trasladaron a esta zona las
industrias pesadas de Leningrado y Stalingrado.
En la ciudad se construyeron
enormes instalaciones para la producción de armamento (especialmente del modelo
de tanque T-34 y de los lanzadores de cohetes “Katyusha”), lo que le valió el
calificativo de "Tankogrado" (Ciudad de los Tanques). Además, en su
región nació el célebre francotirador Vassily Zaitsev, cuya actuación en la
batalla de Stalingrado fue reflejada, en parte, en el film “Enemigo a las
puertas”.
El origen de esta vertiente
industrial de la ciudad lo encontramos en el primer plan quinquenal soviético (1928-1932)
cuando se construyó en ella una gran fábrica de tractores. Alrededor de las
nuevas industrias se alzaron teatros, bibliotecas, cines, o teatros, y poco a poco, la ciudad creció. Cuando
la IIGM comenzó, el gobierno soviético estableció un polo industrial dedicado a
sus crecientes necesidades militares formado por Cheliábinskm, Ninji Taguil, y
Sverdlovsk . Por ejemplo, una fábrica situada en Ninji Taguil, a 400 kilómetros
al norte de Cheliábinsk y especializada en vagones de tren, pasó a construir
tanques T-34 desde el verano de 1941.
En una reciente entrevista a una
revista especializada, el experto en esta ciudad Lennart Samuelson destaca al
papel de la ciudad en el transcurso de la guerra. “Después de la batalla de Kursk
–dice el historiador– todo el mundo comienza a comprender que la URSS ha
adquirido, a través de los carros de combate, una capacidad militar
gigantesca”. Samuelson en su
libro “Tankograd. The formation of a soviet Company Town.” (Palgrave
McMillan 2011) afirma que la producción de tanques pesados KV se situó en
cuatrocientas unidades al año y que en 1942 se produjeron más de 3.600 tanques.
De esta manera, entre las tres ciudades que conformaban el polo industrial de
Tankogrado construyeron 18.000 carros al año mientras que Alemania, con más suministros de acero y carbón producía
65.100 tanques en el mismo período de tiempo.
Por otro lado, la región de Chelyabinsk
ha estado relacionada desde los años cuarenta del pasado siglo con las
investigaciones nucleares secretas soviéticas. En la zona están las
instalaciones nucleares de Chelyabinsk-70 (conocido también por el nombre de Snezhinsk).
Un grave accidente nuclear ocurrido en 1957 en la planta de reprocesamiento de
combustible nuclear de Mayak, a 150 km al noroeste de la ciudad, causó un
número indeterminado de muertes en la
región. El secretismo que envolvía a la zona fue tal, que la provincia fue cerrada
a los extranjeros hasta 1992 aumentando el aura de ser una ciudad secreta
soviética. Pero eso es otra historia…
Aquí dejo un enlace a un programa de TV ruso sobre el t-34 subtitulado en inglés.
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domingo, 23 de septiembre de 2012
Antietam: el día más sangriento de EE.UU
El pasado 17 de septiembre se
cumplieron 150 años de la batalla que más bajas norteamericanas ha provocado
por encima del Día D en 1944 o de la batalla de Iwo Jima, un año después. Se
trata de Antietam o también conocida como batalla de Sharpsburg. Se
enfrentaron, por un lado, el general confederado Robert E. Lee, y por otro, el
unionista George B. McClellan.
La guerra civil norteamericana (1861-1865)
se inició después de años de desencuentros entre los estados del Norte,
industrializados, y los del Sur agrícolas y esclavistas. Esta situación
llegó a su punto culminante en 1861 cuando
once estados del sur se dotaron de órganos de gobierno propios, y sobre todo,
de un ejército. Se agruparon en los llamados Estados Confederados de América
que se oponían a los estados leales a la Unión, o lo que es lo mismo, al
gobierno federal norteamericano.
En la segunda mitad de 1862, el
segundo año de guerra, el conflicto se transformó en un enfrentamiento más
sangriento y encarnizado que en sus inicios. Y una muestra de este cambio fue
la batalla de Antietam.
Carlos Canales y Miguel del Rey
en “A sangre y fuego. La guerra civil americana” Edaf 2012, aclaran los
precedentes de este choque. “Los estrategas de la Confederación eran
conscientes que lentamente la armada federal iba cerrando el bloqueo,
apoderándose de puertos y puntos clave en toda la costa del Sur, pero Lee, un
notable estratega, no le daba demasiada importancia. Si lograba avanzar,
amenazar su capital y demostrar que también los sureños podían combatir en
territorio enemigo, acabaría logrando, tal vez, un triunfo decisivo,
demostrando al Norte que jamás podrían acabar con el Sur.”
El general Lee (en la fotografía de la izquierda) probó suerte en el
estado de Maryland donde vivían muchos propietarios de esclavos y miles de sus
ciudadanos combatían bajo la bandera confederada. El 4 de septiembre Lee cruzó
con 50.000 hombres el río Potomac donde estaba acampado y se internó en
territorio enemigo. El choque con las fuerzas enemigas tuvo lugar en los
alrededores de la población de Sharpsburg, entre el núcleo urbano y el arroyo
de Antietam.
Frente a Lee se encontraba el
ejército de la Unión, comandado por McClellan (en la imagen de la izquierda), y que sumaba 80.000 efectivos.
Después de un día de sangrientos combates, el 18 de septiembre de 1862, el
general Lee ordenó la retirada de sus tropas al otro lado del río Potomac.
Atrás dejaba 10.300 bajas entre muertos, heridos y desparecidos, mientras que
la Unión tuvo 12.400 bajas. Todo ello solo en un día de combate. Uno de los
combatientes en esta batalla dejó anotado en su diario que “todo el paisaje se
volvió por un instante ligeramente rojo”
John Keegan en su libro “Secesión,
La guerra civil americana”. Turner 2011, afirma que “la razón de la mortandad
en Antietam fue la naturaleza del campo de batalla: un espacio constreñido de
solo 5,2 kilómetros entre el río Potomac y su afluente Antietam”.
Pero esta jornada sangrienta tuvo
consecuencias fuera del campo de batalla. Keegan las destaca en su libro. “McClellan
–dice el historiador- podía proclamar, como en efecto hizo, que había obtenido
una victoria. Pero Lincoln no estaba muy convencido. Como McClellan no acababa
de salir en persecución de la retirada de Lee, Lincoln se fue impacientando con
su fracaso y el 7 de noviembre lo destituyó”. Fue la última víctima de la
batalla de Antietam.
Aquí dejo un enlace a un documental en inglés sobre la batalla:
Aquí dejo un enlace a la página oficial del 150 aniversario de la batalla:
http://150thantietamreenactment.com/index.htm
Aquí dejo un enlace a un documental en inglés sobre la batalla:
Aquí dejo un enlace a la página oficial del 150 aniversario de la batalla:
http://150thantietamreenactment.com/index.htm
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domingo, 16 de septiembre de 2012
Vacaciones en el mar… soviético
La nostalgia es una de las muchas
razones que impulsan a los turistas a visitar otros países y otras ciudades.
Pasear por las calles de Nueva York, Paris, Londres o Roma, es una actividad
que realizan cada año millones de personas a la caza de una fotografía delante del Empire State Building, la Torre Eiffel, el
Big Ben o el Coliseo, lugares, por otro lado, que forman parte de la historia
de la humanidad.
Este tipo de turista busca sentirse
parte de la historia y en China se puede dar ese lujo, si dispone de una cuenta
corriente saneada que le permita pagarse una noche alojado en un portaviones
soviético de los años 70 del pasado siglo. Este el caso del crucero pesado Kiev
con capacidad para embarcar aeronaves, y que estuvo en servicio en la Armada
soviética, primero, y en la rusa después, desde 1975 hasta 1993.
Tres años después fue vendido a
una empresa china que lo ha reconvertido en un hotel flotante de lujo situado en
un parque temático de la ciudad costera de Tianjín, al norte de China. Hace un
año comenzó a recibir visitantes después de muchas reformas para transformar la
sobriedad soviética en el lujo asiático que derrocha en cada habitación. Por
otra parte, el nuevo hotel flotante de lujo está situado en una de las ciudades
más habitadas de China con más de cuatro millones de habitantes. El Kiev está anclado
en el “Binhai Aircraft Carrier Theme Park”, en la playa de Bagua, y cuesta
visitarlo unos 30 dólares aproximadamente.
Eso sí, los nuevos propietarios
han mantenido muchos elementos originales del barco como aviones, salas de
control, etc. Si alguien se atreve a ir, dejo aquí va el enlace a la página web
del parque temático donde se ubica este hotel flotante de 4 estrellas:
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sábado, 8 de septiembre de 2012
El apartamento de Shostakovich no encuentra comprador
Antes del verano se puso a la
venta en San Petersburgo el apartamento donde en 1941 el compositor ruso
Dimitri Shostakovich compuso su Séptima sinfonía, Leningrado, en do mayor, opus 60. El inmueble, construido en 1914, está situado en la calle Kronverkskaia, y tiene
240 metros cuadrados. El precio del apartamento está sobre el millón y medio de
euros pero, por ahora, no se ha vendido aunque la publicidad que acompaña la
oferta inmobiliaria dice que “Al comprar este apartamento, usted está comprando
un pedazo de historia musical no sólo de nuestro país, sino de todo el mundo”.
La Séptima sinfonía de
Shostakovich es uno de los símbolos de la actitud y de la determinación de los
habitantes de Leningrado durante el asedio que sufrieron durante la IIGM por
parte de las tropas del Eje. Durante el primer mes del asedio en agosto de 1941
el compositor soviético empezó a trabajar en el primer movimiento en su ciudad
natal mientras los bombardeos y combates se convirtieron en parte esencial del
día a día de sus habitantes. Cuatro meses después, el compositor terminó su
obra, y Stalin ordenó evacuarle de la ciudad por avión. También vía aérea fue
lanzada la partitura a la ciudad sitiada en el mes de marzo de 1942. El
objetivo era interpretar la obra en Leningrado, ya que se había estrenado el 5
de marzo de 1942 en el Teatro Bolshoi de Moscú en un concierto retransmitido a
todo el país por radio.
Cuenta Solomon Volkov en su libro
“El coro mágico. Una historia de la
cultura rusa de Tolstói a Solzhenitsyn” que “un importante episodio simbólico
que fomentó la transformación de la sinfonía en una obra cuasi-religiosa fue su
interpretación en Leningrado. Organizada con una eficiencia extraordinaria por
orden de Stalin, como si fuera una auténtica operación militar, los famélicos
músicos de Leningrado la tocaron el 9 de agosto de 1942, en una ciudad
considerada por aquel entonces como una ciudad mártir”.
El trombón Viktor Orlovsky, uno
de los dos músicos supervivientes que interpretaron la partitura en agosto de
1942, recuerda en el libro de Michael Jones “El sitio de Leningrado” que “ser
artista durante el asedio fue una experiencia tanto abrumadora como
desgarradora. Las salas estaban siempre atestadas, algo que me parecía
extraordinario”. El ejército Rojo, consciente de la importancia del evento
instaló altavoces orientados hacia las líneas enemigas por todo el perímetro
defensivo de la ciudad.
Por cierto, en la página web de
la inmobiliaria
hay un video de una televisión rusa donde se puede ver el estado actual de la
vivienda.
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viernes, 17 de agosto de 2012
¡Hagan sitio! Harry Harrison o la superpoblación como arma de destrucción masiva
El pasado 14 de agosto falleció a los 87 años de edad el
escritor norteamericano de ciencia- ficción Harry Harrison cuyo mayor éxito fue
la novela “Hagan sitio, hagan sitio” (1963) que inspiró la película “Cuando el
destino nos alcance” (Soylent Green, 1973)
protagonizada por Charlon Heston y Edward G. Robinson. Nacido en 1925 en la localidad norteamericana de Stamford (Connecticut), Harrison fue un firme defensor del esperanto y un destacado editor e ilustrador de novelas de ciencia ficción. Empezó publicando bajo diferentes seudónimos, pero el reconocimiento le llegó con su sga satírica The Stainless Steel Rat (1961), traducida al castellano como "Universo cautivo" , y que comprende diez novelas, la última publicada hade dos años. Además, Harrison trabajó varios años con el británico Brian Aldiss en la edición de diversas antologías de relatos de ciencia-ficción de los años 40, 50 y 60 del pasado siglo. También destaca en su obra, las novelas "Bill, el héroe galáctico" (1965), y "Mundo muerto" (1962)
La novela apareció por entregas
en el magazine británico “Impulse” y años después el autor explicó en una entrevista en el Locus
Magazine, cómo ideó la trama de su obra más conocida. “La idea vino de un hindú
que encontré después de la guerra, en 1946. Él me dijo, “La superpoblación es
el problema más grande en el mundo” (nadie se había enterado de esto en aquel
tiempo) y él dijo “¿Quiere hacer mucho dinero, Harry? ¡Usted tiene que importar
anticonceptivos de goma para la India!” No me importa ganar dinero, pero no
quise ser el rey de los preservativos de la India!”
Harrison fue el pionero en
alertar sobre los problemas y consecuencias de la superpoblación, y abrió la
veda para que otros autores escribieran sobre ello como John Brunner en otro
clásico sobre este tema, “Todos sobre Zanzíbar” (1979). Los temas que subyacen
en la novela son la importancia del control de la natalidad y el desarrollo
sostenible como herramientas para superar la evidente superpoblación del
planeta a medio plazo. De esta manera, el libro describe que la destrucción
ambiental ha convertido a la población en gente apática. Además, casi todo el transporte
mecanizado ha sido sustituido por la mano de obra humana, y la mayor parte de
las tierras de labranza han sido envenenadas por la contaminación. El gobierno
apenas puede proporcionar el alimento y la bebida básica a una población
desordenada que se apiña en unas ciudades que se descomponen.
Harrison utiliza la investigación
de un crimen para dibujar cómo se viviría en una ciudad de Nueva York poblada
por 35 millones de personas en 1999. Los
ciudadanos tienen una dieta a base de hamburguesas y de una harina de avena
llamada Ener-G. Para beber, los habitantes de la ciudad tienen unos tanques en
casa que tienen que rellenar cuando se vacían. “Manhattan se ha proyectado
hacia arriba – escribe Harrison en su novela-, alimentándose con su propia
carne a medida que arranca los edificios antiguos para reemplazarlos por los
nuevos, irguiéndose más altos, más altos… pero nunca lo bastante altos, ya que
no parece existir ningún límite a la
gente que se apretuja aquí. Ejercen presión
desde el exterior y crean sus familias, y sus hijos y los hijos de sus hijos crean familias,
hasta que esta ciudad está poblada como ninguna ciudad lo ha estado en la
historia del mundo.”
El merito de Harrison fue el de
escribir sobre la superpoblación en una década en la que en los EE.UU
predominaban los relatos y películas de ciencia ficción sobre desastres
nucleares, sobre platillos volantes de planetas lejanos, y viajes
intergalácticos. Solo hace falta visionar unos cuantos capítulos de la serie The Twilight Zone (1959-1964) para comprobar como el riesgo de la superpoblación no era un
tema que se tratara habitualmente en la series de ficción de esa época.
El escritor puso sobre la mesa una
pregunta más que real que hoy día sigue teniendo una vigencia aplastante:
¿acabará la superpoblación con los recursos naturales del planeta?
martes, 12 de junio de 2012
Los diarios de la historia: Ana Frank y Petr Ginz
De todas las maneras que tenemos
los humanos para recordar alguna época o pasaje de la historia, seguramente la
más emotiva y directa es a través de los diarios. Escritos en primera personas,
los diarios hacen públicos hechos y detalles poco conocidos de la historia de
un país, ciudad, o región. Pero de entre todos los diarios que se han escrito,
o que se han hecho públicos, tal vez los escritos por niños o adolescentes
durante un período de guerra son los más interesantes. Como afirma el
vicesecretario general de la ONU Olara A. Otunnu, “Las voces de estos niños y
niñas nos ayudan a comprender cómo los horrores de la guerra destruyen la inocencia de la infancia y
corrompen el bien más precioso que poseemos: nuestros niños”.
Cuando pensamos en diarios
escritos por niños durante una guerra, el primer ejemplo en el que pensamos es
el Diario de Ana Frank. Escrito entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto
de 1944, por una joven holandesa de origen alemán en un Amsterdam ocupado por
las tropas nazis. En un principio, la forma de este diario fue epistolar, pero Ana
después de escuchar por la radio al ministro de educación holandés en el exilio
afirmando que después de la guerra se tendrían que publicar todos los
testimonios del sufrimiento de su pueblo, decidió reescribirlo y darle una
forma más cercana al diario.
La familia Frank vivió en un
escondrijo situado en una casa en un canal en el lado occidental de Amsterdam desde
el 9 de julio de 1942 hasta principios del mes agosto de 1944. El 4 de agosto
de ese año, la Gestapo entró en la casa en la que se refugiaban los Frank y los
detuvo a todos gracias a una persona que les delató. A día de hoy la identidad
del delator o delatores es todavía un misterio.
Ana fue enviada al campo de
concentración de Auschwitz el 2 de septiembre de ese mismo año, y
posteriormente al de Bergen-Belsen donde murió de tifus el 12 de marzo de 1945,
casi un mes antes de que los aliados llegaran a las puertas del campo. Dos de
las personas que protegían a la familia de Ana guardaron el diario por si la
joven volvía del campo de concentración.
El único miembro de la familia
Frank que sobrevivió al encierro fue el padre, Otto. Después de recuperar el
diario, el patriarca de la familia decidió publicarlo en 1947 con el título de
“La casa de atrás”. Para su publicación Otto Frank tomó la versión original del
diario y la combinó con otra que había escrito su hija de una manera más
abreviada.
La diferencia del diario de Ana
Frank con el resto de diarios escritos por niños o adolescentes es la angustia
vital de quién se sabe encerrado en una ratonera como Amsterdam y, además, oye
y ve al gato en forma de soldados nazis y policías de la Gestapo.
Otro diario menos conocido es el
que escribió el joven checo Petr Ginz (Praga 1928- Austchwitz 1944) entre 1941
y 1942 en la ciudad de Praga. Dotado de un talento polifacético para la
creación artística, la lectura de los diarios de Ginz nos proporciona una
visión única de la situación que se vivió en la Praga ocupada por los nazis. A
diferencia de otros diarios, Ginz que contaba con trece años cuando empezó a
escribirlo, no pretendía realizar una obra literaria sino más bien anotaba todo
lo que sucedía en su entorno. De esta manera el 1 de octubre de 1941 anota que
“Han fusilado a un montón de gente por preparar sabotajes, por tenencia ilegal
de armas, etc”. El 23 de noviembre del mismo año, Ginz escribe que “Los
transportes a Polonia (de judíos) han
quedado provisionalmente suspendidos (hasta ahora salieron 5.000 personas en
cinco transportes) y vuelven a llevarse a la gente a trabajar a Terezin (campo de concentración situado a 60
kilómetros al noroeste de Praga)”.
La característica que hace de
este diario un documento de excepción, a veces superior al escrito por Ana
Frank, es que Ginz cuenta en primera persona cómo afecta a la comunidad judía
de Praga la ocupación nazi. El joven escribe cómo se organizan los convoyes a
los campos de concentración de Polonia, cómo el Consejo de Judíos ayuda en la
logística de los envíos de familias enteras a los campos, cómo actúan los
simpatizantes nazis checos, y cómo se requisan en diciembre de 1941 todos los
esquís o botas de invierno a los judíos para enviarlos al frente de Rusia.
Ginz sintetiza en una frase todo
lo que está viendo: “En realidad pasan muchas cosas, pero no se notan. Lo que
resulta ahora totalmente corriente, hubiese sido motivo de escándalo en una
época normal”. El joven también escribe un poema que refleja todas las penurias
que tienen que sufrir los judíos de su ciudad. En uno de los versos dice:
“Acostúmbrate a ir a pie
Haga buen tiempo o llueva.
No salgas de tu edificio
Y ni se te ocurra tomar el tren”
Ginz añade al final que:
“[…] pero el judío sigue sin
quejarse.
Solo atiende al reglamento y sigue siempre con todo contento”
El joven fue trasladado al gueto
de Terezin en octubre de 1942 donde siguió dibujando y escribiendo. Fundó,
junto con otros presos, Vedem, un
semanario donde publicó poemas, relatos, y dibujos. En 1944 fue deportado al
campo de Auschwitz donde murió el 28 de septiembre gaseado. Curiosamente en
esa época Ana Frank estuvo también en el mismo campo que Ginz, aunque los
prisioneros vivían separados por sexos, hasta que el 28 de octubre cuando fue
trasladada al de Bergen-Belsen.
Un dibujo del planeta Tierra
visto desde la Luna fue elegido por el astronauta israelí Ilan Ramón para
llevarlo consigo en la misión del transbordador Columbia que se realizó en
2003. Cuando la nave espacial reentró en la atmosfera se partió en dos, y toda
la tripulación murió. El accidente ocurrió el 1 de febrero de 2003, fecha que
coincidía con el 75 aniversario del nacimiento de Ginz.
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martes, 22 de mayo de 2012
Bernhard Weiss: el policía judío que encarcelaba a nazis
Bernhard Weiss (Berlín, 1880-
Londres, 1951) fue un abogado de origen judío y Vicecomisario de la policía de
Berlín durante los convulsos años que siguieron a la derrota alemana en la
Primera Guerra Mundial. Weiss protagonizó hace 85 años una de las primeras
campañas propagandísticas promovidas por el Partido nazi para hacer dimitir a
un funcionario público de aquel país.
Antes de finalizar la guerra
europea, Alemania se vio inmersa en graves disturbios provocados por las
condiciones de vida que sufrían sus ciudadanos desde el inicio del conflicto.
El temor a que se produjera una revolución bolchevique planeó sobre los territorios
del imperio e hizo temblar a sus dirigentes. Peter Fritzche en su libro “De
alemanes a nazis 1914-1933 (Siglo Veintiuno Editores, 2006) dice al respecto
que “Bajo los rigores de la guerra la sociedad alemana pareció disolverse
lentamente en encolerizadas facciones […] Una corrupción sin precedentes dentro
de la burocracia, pequeños vandalismos y delitos contra la propiedad realzaban
la atmósfera de amargura y agresividad de la población”. La revolución de
noviembre de 1918, con sus consejos de trabajadores y la posterior caída del
Kaiser, provocaron graves enfrentamientos armados en todo el país.
Ante esta situación, el
Ministerio del Interior de Prusia nombró a Weiss, condecorado con la Cruz de
Hierro en la guerra en la que luchó como capitán de caballería, como Jefe
Adjunto de la Policía Criminal de Berlín, la Kripo. Sus métodos no pasaron desapercibidos a sus superiores ni a
sus compañeros. Weiss aplicó los avances científicos de la época en la resolución
de crímenes con la mejora de los microscopios, con la incorporación de polígrafos
más fiables, y de análisis de sangre más precisos. Además, creó el primer laboratorio móvil de la
historia del crimen – llamado de manera informal como el "vagón de
Weiss" - que podía viajar a la escena del crimen, lo que mejoró la calidad
de la recogida de las pruebas forenses. La tasa de resolución de crímenes llegó
al 97% de los casos, y se llegó a comparar a la Kripo con el Scotland Yard británico.
En 1925, este auténtico pionero a
la hora de renovar los métodos de la policía científica, se convirtió en el máximo
responsable de la Kripo. Dos años más
tarde, fue nombrado Vicecomisario de toda la policía de Berlín.
El papel de Weiss al frente,
primero de la Kripo y después de toda
la policía de Berlín, no fue fácil en la época que le tocó vivir: la República
de Weimar. Este período histórico está comprendido entre el final de la Primera
Guerra Mundial y el ascenso de Hitler al poder en 1933. Los primeros años de
Weimar estuvieron marcados por la crisis política, económica, y social. La
nueva república no gustaba al Ejército, ni a la burguesía nacionalista, ni a
los grupos de extrema derecha, ni a los de extrema izquierda. El abogado y
policía, que perteneció al Partido Democrático Alemán como Albert Einstein, intentó
en todo momento que la policía de Berlín defendiera la democracia
parlamentaria, con lo que se ganó enemigos a ambos lados del espectro político
alemán.
El historiador Michael Burleigh,
en su libro “El Tercer Reich” (Taurus, 2002), afirma que “En la actitud de la policía con los
extremistas durante la República influyeron la clase y una campaña de violencia
terrorista. Por el contrario los nazis, salvo objetivos como el Vicecomisario
de Berlín Bernhard Weiss, optaron […] por una actitud pasivo-agresiva hacia la
policía y fueron retóricamente firmes en cuanto a la ley y el orden”. Burleigh
añade que “Las simpatías de los policías probablemente se inclinasen por la
derecha, aunque esto es difícil de determinar con cierta exactitud, ya que les
estaba prohibido ingresar en el Partido Nazi, pero eso no quiere decir que no
pudieran simpatizar secretamente con él”
En 1927 la policía de Berlín
clausuró la sede local del Partido Nazi e interrumpió la recaudación de fondos
y su propaganda editorial. Pero aquí no acabó su dureza respecto a los camisas
pardas. En agosto el mismo año Weiss encarceló a 500 seguidores nazis cuando
regresaban de un mitin en Nuremberg, acusándolos de pertenecer a una
organización ilegal.
La presión de Weiss contra
Partido Nazi fue tan intensa que en las elecciones locales en Berlín que se
celebraron en mayo de 1928, los seguidores de Hitler solo obtuvieron el 1,5% de
los votos. Fue entonces cuando la maquinaria propagandística nazi se puso en
movimiento. El futuro Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, puso en su punto
de mira al policía y comenzó una campaña de desprestigio en su diario Der Angriff (El Ataque). El hecho de ser
judío y estar al frente de la policía de Berlín fue la munición que utilizaron
los nazis contra Weiss. De esta manera se convirtió en el judío más odiado y
estigmatizado de la República de Weimar.
La respuesta de Weiss fue
demandar a Goebbels para impedir que hablara de él por difamarlo en este
diario. El policía ganó varias veces sus batallas legales, pero con la llegada
al poder de Adolf Hitler en 1933, Weiss fue despojado de su ciudadanía alemana
al ser judío. Junto con su familia, Berhard
Weiss emigró a Londres, donde murió de cáncer en 1951 a la edad de 71 años. Actualmente
el atrio de la estación de Friedrichstrasse en Berlín lleva su nombre.
martes, 24 de abril de 2012
Zamiátin: un visionario en medio de la tormenta
¿Cómo describiríamos la época
histórica que nos ha tocado vivir? ¿Son los años del cambio tecnológico, de la
burbuja inmobiliaria, o de la sostenibilidad? ¿O son tal vez los años de la
crisis económica sin fin? ¿Alguien imagina hacia dónde nos dirigimos, o el microblogging de Twitter está reduciendo
nuestra imaginación a 140 caracteres de extensión?
A veces hay personas que ven más
allá de lo que les rodea e imaginan cómo será el mundo de aquí a unos años, y
se deciden a escribirlo. El pasado mes de marzo se cumplieron 75 años de la
muerte del escritor E. Zamiátin, un auténtico visionario de la literatura de
ciencia-ficción que se adelantó en décadas al imaginar, en los años 20 del
pasado siglo, al precursor del “Gran Hermano” orwelliano: el “Gran Benefactor”.
El ruso Evgueni Zamiátin (1884-
1937) vivió en un período difícil calificar, pero eso sí, fue apasionante.
Zamiátin nació bajo el gobierno del Zar, fue Ingeniero naval, vivió el
hundimiento del Titanic, sufrió la Gran Guerra, apoyó a los bolcheviques, tuvo
que exiliarse por sus ideas políticas comunistas, y sus camaradas prohibieron
la publicación de su gran novela de ciencia ficción “Nosotros” (1921) donde
aparece el “Gran Benefactor”.
La sensación que da ver en
perspectiva la vida de este intelectual ruso es como correr bajo un cielo muy
nublado y amenazante que está a punto de descargar una tormenta de grandes
proporciones. Zamiátin nació como súbdito del Zar, y murió como un apátrida en
Paris donde estaba refugiado al ser perseguido y censurado por el aparato
represor de la URSS. Y todo gracias a dos obras. Una es “Nosotros” (prohibida
en su país hasta 1988), y la otra es el libreto de la ópera de D. Shostakovich,
“La Nariz” (1930). Las críticas que recibió y la marginación que sufrieron las
obras del escritor durante esos años fueron el detonante que le llevó a redactar
una carta al mismísimo Stalin pidiéndole que le dejara exiliarse con su mujer
lejos de la URSS.
Zamiátin nació en 1884 en Lebedyán, localidad situada 300 kilómetros
al sur de Moscú, en la que vivió también una temporada el escritor Mihail
Bulgakov. El padre de Zamiátin era sacerdote ortodoxo y su madre, interprete musical.
En 1902 el joven escritor empezó a estudiar ingeniería naval en el Instituto
Politécnico de San Petersburgo mientras descubría las ideas políticas de los
bolcheviques.
Tres años después, Zamiátin viajó
durante 1905 a ciudades como Estambul, Salónica, Alejandría, o Jaffa, entre
otros destinos. Pero la revolución de octubre le pilló en San Petersburgo donde
participó activamente en ella, lo que le valió pasar una temporada en prisión y
el exilio. En 1908 finalizó sus estudios. Empezó su carrera literaria en esa
época, pero en solo dos años pasó de ser elogiado a estar proscrito. En 1913
publicó “La vida en provincias”, una sátira de la sociedad burguesa de
provincias, por el que fue alabado como escritor. Pero en 1914, su relato anti
belicista “En el fin del mundo”, que describe la vida en una guarnición en
Siberia, le costó ser denunciado y procesado por el gobierno ruso.
A parte de la literatura, la otra
pasión de Zamiátin era la construcción de barcos. Por este motivo, en 1916 fue
enviado a la ciudad inglesa de Newcastle, en plena I Guerra Mundial para
supervisar y dirigir la construcción de varios rompehielos. El ruso volvió a su
patria justo después de la revolución, y formó parte de la naciente
intelectualidad soviética.
Su gran éxito fue “Nosotros”
(1921), novela de ciencia ficción que ha sido inspiradora de otras obras como
“Un mundo feliz” (1932) de A. Huxley o “1984” (1948) de George Orwell. En su
obra más conocida, influenciada por las novelas y relatos de H. G Wells, el
ruso nos presenta una sociedad futura distópica o anti-utópica donde las
personas no tienen nombre sino solo un número. Así, el protagonista es D-503,
el constructor de una nave espacial, la “Integral”, que tiene como misión difundir
en otros mundos las bondades de una sociedad que tiene como máximo dirigente al
llamado “Gran Benefactor”. De esta manera, en “Nosotros” leemos los
antecedentes del “Gran Hermano”, y descubrimos que los edificios en esta
sociedad imaginada por el ruso son transparentes porque los ciudadanos-números
no tienen nada que ocultar, y el sexo está racionado mediante cupones que dan
derecho a él siempre que se encuentra alguien dispuesto a canjearlo. Los
ciudadanos viven en ciudades aisladas del mundo exterior por el llamado Muro
Verde.
La complejidad del planteamiento
de Zamiátin lleva a leer la novela desde varias perspectivas como la
filosófica, la religiosa, o desde el psicoanálisis. El escritor nos muestra una
nueva sociedad, con nuevas reglas, que hace de las personas, unos seres humanos
nuevos. Si son mejores o peores, si viven mejor o peor, es una decisión que nos
toca a los lectores dilucidar.
Darko Suvin en su obra “Metamorfosis
de la ciencia ficción” (1984) escribió sobre esta novela que, “trajo a la
ciencia ficción rusa la conciencia de que un nuevo mundo utópico no puede ser
un paraíso estático e invariable de una religión nueva, aunque se trate de una
religión del acero, de las matemáticas, y de los vuelos interplanetarios.”
Pero sobre todo, esta novela
destaca por su sentido del humor y por su sátira constante que no deja de
sorprendernos. Fernando A. Moreno, en su introducción a la edición de la novela
en la editorial Cátedra el año pasado
dice que “toda la novela es un enorme juego de dudas, patetismo, juegos con
personas y con ideologías…Toda la novela es un inmenso y complejo juego con el
lector y, desde luego, con sus protagonistas, que a más de un lector terminarán
pareciendo tristes y patéticos”.
La otra gran obra de Zamiátin,
aunque un poco olvidada, es la adaptación como libreto operístico del relato
“La nariz” (1835) de Nikolai Gogol, escrito junto con el compositor Shostakóvich,
y los escritores Georgy Ionin y Alexander Preis. Escrita
entre 1927 y 1928, “La nariz” describe la historia del mayor del ejército
Kovaliev cuya nariz abandona su cara y desarrolla su propia vida. En esta ópera ( a la izqda. una representación de la obra en el festival de Aix-en-Provence en 2011)
podemos encontrar todo el sentido del humor y la sátira de Zamiátin que no deja
títere con cabeza: militares, policías, funcionarios del gobierno, damas de la alta
sociedad… Pero el aparato intelectual soviético recibió mal esta ópera. Después
de su estreno en el Teatro Maly Operny
de Leningrado el 18 de enero de 1930, solo se
representó en dieciséis ocasiones, y no se reestrenó en la URSS hasta 1974.
Esta obra situó a Shostakovich y
a Zamiátin en una delicada situación, sobre todo al escritor, que estaba viendo
como sus obras no se representaban en los teatros, caso de su gran éxito “La
Pulga”, y era puesto como ejemplo por otros intelectuales de “enemigo de la
URSS”. Un año después del estreno de la ópera Zaimátin escribió a Stalin
pidiéndole que le dejara exiliarse. En 1932, el escritor y su mujer se fueron a
vivir a París.
Cinco años después, a los 53
años, Zamiátin murió en la capital gala. La prensa soviética no publicó noticia
alguna del deceso. Triste final para uno de los más grandes visionarios y
precursores de la literatura de ciencia ficción de todos los tiempos.
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miércoles, 11 de abril de 2012
Philip K. Dick: la exégesis de un escritor maldito
La fama estuvo toda la vida
rondando al escritor norteamericano de ciencia-ficción Philip K. Dick
(1928-1982). Pero le llego tarde el reconocimiento al autor de novelas como El
hombre en el castillo (1963), ¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas? (1968) que inspiró la película Blade Runner,
o Ubik (1969). Como otros muchos
escritores calificados de “malditos”, Dick tuvo una vida llena de problemas
económicos. Las adaptaciones al cine de algunas de sus obras, las constantes
reediciones de sus novelas o relatos han solucionado la vida a su variada familia,
que goza de los ingresos producidos por los derechos de autor que el escritor
en vida apenas pudo disfrutar. Dick murió poco antes del estreno de Blade Runner, película que lo situó en
ese punto de popularidad en el que el trabajo de un escritor o un artista
empieza a ser descubierto por el gran público. Pero ese no fue el caso del
norteamericano.
La lista de autores de ciencia
ficción que apostaron por ese género, a pesar de saber que no era una salida
profesional digna y que les condenaba a ser olvidados por las grandes
editoriales, es casi interminable. Baste con citar al español Pascual
Enguidanos (1923-2006), autor de la llamada “Saga Aznar” reconocida como la
mejor serie de ciencia-ficción publicada en Europa, según la Convención Europea
de Ciencia Ficción, celebrada en Bruselas en 1978).
Philip K. Dick es autor de
numerosos relatos adaptados con mayor o menor fortuna al cine. Destacan La segunda variedad que se transformó en
1996 en Asesinos Cibernéticos, La paga, que se convirtió en Paychek en 2003, o El informe de la minoría (The
minority report) llevada a la gran pantalla por S. Spielberg en 2002 con
Tom Cruise como protagonista.A la dcha. el director de cine R. Scott. a, la izda. P. K. D
La influencia de Philip K. Dick en
el género de la ciencia-ficción es indudable ya desde sus primeras novelas
escritas a mediados de los años cincuenta del siglo pasado. Por ellas desfilan
gobiernos totalitarios, empresas que gobiernan veladamente las sociedades donde
se encuentran, o las drogas como vehículo para la alteración de la consciencia
pero promocionadas por empresas para que los ciudadanos no se den cuenta de la
triste realidad que les rodea.
Gregg Rickman, el mayor
cronista de Dick, propuso en Philip K. Dick. In
his own words (1984) un esquema con tres etapas para orientarnos en
la amplia obra dickiana:- La primera (1951-1960), la etapa política, abarca desde los primeros cuentos hasta Confesiones de un artista de mierda.
- La segunda (1962-1970), la etapa metafísica, desde El hombre en el castillo hasta Fluyan mis lágrimas, dijo el policía.
- La última etapa (1974-1981), la etapa mesiánica, desde la experiencia VALIS hasta la publicación de La transmigración de Timothy Archer.[
El norteamericano también cultivó la distopía, llamada también antiutopía, que es una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal. El término fue acuñado como antónimo de «utopía» y se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia, frecuentemente emplazada en el futuro cercano, donde las consecuencias de la manipulación y el adoctrinamiento masivo —generalmente a cargo de un Estado autoritario o totalitario— llevan al control absoluto, condicionamiento o exterminio de sus miembros bajo una fachada de benevolencia. En la literatura hay abundantes ejemplos de distopías, pero baste con citar 1984 de G. Orwell, Fahrenheit 451 de R. Bradbury, o Un mundo feliz de A. Huxley.
Como ejemplo de las distopías en Philip K. Dick
tenemos La penúltima verdad (1964)
donde la humanidad se encuentra recluida en unas ciudades subterráneas donde se
ha refugiado después de estallar la 3ª Guerra Mundial mientras un grupo de
políticos y dirigentes conduce la guerra en la superficie con la ayuda de
ejércitos de robots que se fabrican en los asentamientos bajo tierra.
“Realidad es lo que no desaparece cuando has
dejado de creer en ella.”, dice el escritor en su novela más autobiográfica, Valis (1981). Precisamente la capacidad
para percibir la realidad como algo coherente y real, o como un engaño
constante que incluiría saltos en el tiempo o la participación de robots con
apariencia humana, son otro de sus temas preferidos.
Pero si hay una idea central que
se aparece una y otra vez y que impregna la obra de Dick, es el de la
percepción de la realidad, hecho directamente relacionado con los problemas
mentales que padeció el norteamericano durante toda su vida.
En Valis, Dick escribe: “Uno de los primeros síntomas de la psicosis consiste en pensar que
quizás se esté volviendo psicótico […] No se puede pensar en la locura sin
convertirse en parte de ella.” Y añade que “Los que padecen perturbaciones
mentales no aplican el principio de parsimonia científica: la teoría más simple
para explicar un cierto conjunto de datos. Prefieren el barroquismo.” De esta
manera, esta novela se convierte en una especie de auto psicoanálisis de Dick,
que llega a la conclusión que es un enfermo mental, hecho que no le desagrada.
Pero el tema que subyace en sus últimas novelas es el encuentro con una entidad
divina llamada “Cebra”, o SIstema de VAsta INteligencia VIva (en inglés:
Valis).
Contactara o no con una inteligencia
superior, Dick empezó a escribir de manera compulsiva una especie de diario tras
sus experiencias visionarias en febrero y marzo de 1974, a las que denominó
"02.03.74". Estas visiones se iniciaron poco después de que el
norteamericano se viera afectado por la extracción de una muela del juicio.
Cuando una repartidora de la farmacia trajo su medicación para el dolor, se dio
cuenta del collar Ichthys que llevaba y la preguntó qué quería decir. Ella
respondió que se trataba de un símbolo utilizado por los primeros cristianos, y
en ese momento comenzaron las experiencias religiosas de Dick. El escritor experimentó
más visiones, incluyendo una presentación alucinatoria de patrones abstractos y
una rica información de un haz de luz rosa.
Todos estos diarios, que suman
más de 8.000 páginas, se agrupan bajo el título Exégesis. En la Exégesis, Dick teorizó sobre los orígenes y
el significado de estas experiencias visionarias, concluyendo frecuentemente
que eran de naturaleza religiosa. La palabra exégesis significa “extraer el significado de un texto dado”, y el
concepto involucra una interpretación crítica y completa de un texto
especialmente religioso.
Este pasado mes de noviembre se publicó el primer volumen de esta obra en inglés editada por Houghton Mifflin. Con todo, la obra de Dick sigue siendo desconocida para la mayor parte del público lector de ciencia ficción de nuestro país. La diversidad y profundidad temática de sus obras hacen del norteamericano un autor de culto en estos inicios de siglo XXI.
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viernes, 16 de marzo de 2012
"Compañía K": la obra maestra escondida
La editorial Libros del Silencio
acaba de publicar la obra Compañía K
del escritor norteamericano William March (1893-1954). La novela describe las
experiencias que un grupo de soldados durante la Primera Guerra Mundial en
primera persona. March dedica 113 pequeños episodios a cada uno de los integrantes
de la Compañía K, y a través de sus
historias nos podemos hacer una ligera idea de lo que fue aquel conflicto, y en
general, cualquier guerra.
Esta novela, inédita en castellano
hasta la fecha, es un claro antecedente de la literatura antibelicista, y se la
ha comparado a veces con “Trampa 22” (1961) de Joseph Heller o “Sin novedad en
el frente” (1929) de Erich Maria Remarque. March publicó su obra en 1933,
cuando los ecos de la Gran Guerra habían dejado de sonar, y el ascenso del
nacionalsocialismo en Alemania y la consolidación del Fascismo en Italia no
hacían presagiar un futuro sin conflictos armados.
La primera cuestión interesante
sobre esta novela es que el autor escribe sobre una compañía concreta de los
Marines norteamericanos que luchó desde 1917 en el sector de Verdún, en la
batalla del bosque de Belleau, en la de Sant-Mihiel, en el ataque a Mont Blanc,
y en la ofensiva del Meuse-Argonne. Como curiosidad sobre la batalla de
Sant-Mihiel cabe destacar que entre las tropas norteamericanas, a parte de la
Compañía K, participaron en ella dos protagonistas de la II Guerra Mundial:
Douglas MacArthur mandando una brigada, y Georges Patton dirigiendo un batallón
mixto de tanques franceses y norteamericanos.
La compañía K existió de verdad, y
March perteneció a ella con todos los honores porque fue condecorado tres
veces: con la Croix de Guerre
francesa, y con las norteamericanas Cruz por Servicio Distinguido, y la Cruz de
la Armada. Pero el autor va más allá de una mera descripción de hechos
desagradables, curiosos o tristes relacionados con el día a día de un grupo de
soldados. Como reconoce Philip D. Beidler, profesor de literatura
norteamericana en la Universidad de Alabama en el prólogo al libro: “Su
intención no es escribir únicamente acerca de su compañía de hombres en la
guerra, sino acerca de cualquier compañía de hombres en cualquier guerra,
acerca nada menos que de la guerra misma.”
Otra cuestión que hay que tener
en cuenta es la falta de una tradición literaria en EE.UU a la hora de escribir
sobre conflictos bélicos en los que han participado norteamericanos antes de la
Primera Guerra Mundial. Si bien este país vivió una guerra civil sangrienta que
dividió el país entre 1861 y 1865, las fuentes para conocer mejor ese conflicto
no son literarias sino que están más cercanas al género epistolar, a la prensa
de la época, o las autobiografías. La
fuerza arrolladora de la Gran Guerra cambió este panorama y dio voz a una
generación de escritores como Dos Passos, Hemingway…y William March.
Acabado el conflicto, una nueva
forma de novelar la guerra, de contar las situaciones y los momentos vividos en
el frente europeo se fue abriendo paso en la literatura norteamericana. Se
describía de una manera realista la guerra en todas sus dimensiones, pero,
sobre todo, desde el punto de vista del combatiente, como ocurre con esta
novela.
Ahora estamos acostumbrados a esa
manera de narrar ya que la Segunda Guerra Mundial produjo todo un género
literario propio con obras como “Los desnudos y los muertos” de Mailer o
“Matadero 5” de Vonnegut, por citar algunas de ellas. Pero en el período de
entreguerras, Compañía K fue un revulsivo
literario de primer orden: por su innovación a la hora de presentar un relato
fragmentado de los horrores de la guerra con capítulos cortos, y sobre todo por
ir más allá del conflicto y hablar de la vuelta de los soldados a sus casas y
de las secuelas que sufrieron.
Por las páginas de este libro
desfila la buena suerte, los héroes a su pesar, los cobardes, también a su
pesar, la neurosis de guerra, la mala suerte, los tipos listos, los perdedores,
y también la ironía, ese elemento que no puede faltar en un libro sobre la
guerra.
Compañía K retrata el microcosmos de la degradación, la miseria y
la brutalidad, de la que son capaces los hombres que hacen la guerra a pie de
trinchera. Hasta ahora ha permanecido oculta esta auténtica joya literaria.
Pero ha llegado el momento de leerla, y de reivindicarla como una obra maestra
de nuestro tiempo.
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