El pasado 17 de septiembre se
cumplieron 150 años de la batalla que más bajas norteamericanas ha provocado
por encima del Día D en 1944 o de la batalla de Iwo Jima, un año después. Se
trata de Antietam o también conocida como batalla de Sharpsburg. Se
enfrentaron, por un lado, el general confederado Robert E. Lee, y por otro, el
unionista George B. McClellan.
La guerra civil norteamericana (1861-1865)
se inició después de años de desencuentros entre los estados del Norte,
industrializados, y los del Sur agrícolas y esclavistas. Esta situación
llegóa su punto culminante en 1861 cuando
once estados del sur se dotaron de órganos de gobierno propios, y sobre todo,
de un ejército. Se agruparon en los llamados Estados Confederados de América
que se oponían a los estados leales a la Unión, o lo que es lo mismo, al
gobierno federal norteamericano.
En la segunda mitad de 1862, el
segundo año de guerra, el conflicto se transformó en un enfrentamiento más
sangriento y encarnizado que en sus inicios. Y una muestra de este cambio fue
la batalla de Antietam.
Carlos Canales y Miguel del Rey
en “A sangre y fuego. La guerra civil americana” Edaf 2012, aclaran los
precedentes de este choque. “Los estrategas de la Confederación eran
conscientes que lentamente la armada federal iba cerrando el bloqueo,
apoderándose de puertos y puntos clave en toda la costa del Sur, pero Lee, un
notable estratega, no le daba demasiada importancia. Si lograba avanzar,
amenazar su capital y demostrar que también los sureños podían combatir en
territorio enemigo, acabaría logrando, tal vez, un triunfo decisivo,
demostrando al Norte que jamás podrían acabar con el Sur.”
El general Lee (en la fotografía de la izquierda) probó suerte en el
estado de Maryland donde vivían muchos propietarios de esclavos y miles de sus
ciudadanos combatían bajo la bandera confederada. El 4 de septiembre Lee cruzó
con 50.000 hombres el río Potomac donde estaba acampado y se internó en
territorio enemigo. El choque con las fuerzas enemigas tuvo lugar en los
alrededores de la población de Sharpsburg, entre el núcleo urbano y el arroyo
de Antietam.
Frente a Lee se encontraba el
ejército de la Unión, comandado por McClellan (en la imagen de la izquierda), y que sumaba 80.000 efectivos.
Después de un día de sangrientos combates, el 18 de septiembre de 1862, el
general Lee ordenó la retirada de sus tropas al otro lado del río Potomac.
Atrás dejaba 10.300 bajas entre muertos, heridos y desparecidos, mientras que
la Unión tuvo 12.400 bajas. Todo ello solo en un día de combate. Uno de los
combatientes en esta batalla dejó anotado en su diario que “todo el paisaje se
volvió por un instante ligeramente rojo”
John Keegan en su libro “Secesión,
La guerra civil americana”. Turner 2011, afirma que “la razón de la mortandad
en Antietam fue la naturaleza del campo de batalla: un espacio constreñido de
solo 5,2 kilómetros entre el río Potomac y su afluente Antietam”.
Pero esta jornada sangrienta tuvo
consecuencias fuera del campo de batalla. Keegan las destaca en su libro. “McClellan
–dice el historiador- podía proclamar, como en efecto hizo, que había obtenido
una victoria. Pero Lincoln no estaba muy convencido. Como McClellan no acababa
de salir en persecución de la retirada de Lee, Lincoln se fue impacientando con
su fracaso y el 7 de noviembre lo destituyó”. Fue la última víctima de la
batalla de Antietam.
Aquí dejo un enlace a un documental en inglés sobre la batalla:
Aquí dejo un enlace a la página oficial del 150 aniversario de la batalla:
La nostalgia es una de las muchas
razones que impulsan a los turistas a visitar otros países y otras ciudades.
Pasear por las calles de Nueva York, Paris, Londres o Roma, es una actividad
que realizan cada año millones de personas a la caza de una fotografía delante del Empire State Building, la Torre Eiffel, el
Big Ben o el Coliseo, lugares, por otro lado, que forman parte de la historia
de la humanidad.
Este tipo de turista busca sentirse
parte de la historia y en China se puede dar ese lujo, si dispone de una cuenta
corriente saneada que le permita pagarse una noche alojado en un portaviones
soviético de los años 70 del pasado siglo. Este el caso del crucero pesado Kiev
con capacidad para embarcar aeronaves, y que estuvo en servicio en la Armada
soviética, primero, y en la rusa después, desde 1975 hasta 1993.
Tres años después fue vendido a
una empresa china que lo ha reconvertido en un hotel flotante de lujo situado en
un parque temático de la ciudad costera de Tianjín, al norte de China. Hace un
año comenzó a recibir visitantes después de muchas reformas para transformar la
sobriedad soviética en el lujo asiático que derrocha en cada habitación. Por
otra parte, el nuevo hotel flotante de lujo está situado en una de las ciudades
más habitadas de China con más de cuatro millones de habitantes. El Kiev está anclado
en el “Binhai Aircraft Carrier Theme Park”, en la playa de Bagua, y cuesta
visitarlo unos 30 dólares aproximadamente.
Eso sí, los nuevos propietarios
han mantenido muchos elementos originales del barco como aviones, salas de
control, etc. Si alguien se atreve a ir, dejo aquí va el enlace a la página web
del parque temático donde se ubica este hotel flotante de 4 estrellas:
Antes del verano se puso a la
venta en San Petersburgo el apartamento donde en 1941 el compositor ruso
Dimitri Shostakovich compuso su Séptima sinfonía, Leningrado, en do mayor, opus 60. El inmueble, construido en 1914, está situado en la calle Kronverkskaia, y tiene
240 metros cuadrados. El precio del apartamento está sobre el millón y medio de
euros pero, por ahora, no se ha vendido aunque la publicidad que acompaña la
oferta inmobiliaria dice que “Al comprar este apartamento, usted está comprando
un pedazo de historia musical no sólo de nuestro país, sino de todo el mundo”.
La Séptima sinfonía de
Shostakovich es uno de los símbolos de la actitud y de la determinación de los
habitantes de Leningrado durante el asedio que sufrieron durante la IIGM por
parte de las tropas del Eje. Durante el primer mes del asedio en agosto de 1941
el compositor soviético empezó a trabajar en el primer movimiento en su ciudad
natal mientras los bombardeos y combates se convirtieron en parte esencial del
día a día de sus habitantes. Cuatro meses después, el compositor terminó su
obra, y Stalin ordenó evacuarle de la ciudad por avión. También vía aérea fue
lanzada la partitura a la ciudad sitiada en el mes de marzo de 1942. El
objetivo era interpretar la obra en Leningrado, ya que se había estrenado el 5
de marzo de 1942 en el Teatro Bolshoi de Moscú en un concierto retransmitido a
todo el país por radio.
Cuenta Solomon Volkov en su libro
“El coro mágico. Una historia de la
cultura rusa de Tolstói a Solzhenitsyn” que “un importante episodio simbólico
que fomentó la transformación de la sinfonía en una obra cuasi-religiosa fue su
interpretación en Leningrado. Organizada con una eficiencia extraordinaria por
orden de Stalin, como si fuera una auténtica operación militar, los famélicos
músicos de Leningrado la tocaron el 9 de agosto de 1942, en una ciudad
considerada por aquel entonces como una ciudad mártir”.
El trombón Viktor Orlovsky, uno
de los dos músicos supervivientes que interpretaron la partitura en agosto de
1942, recuerda en el libro de Michael Jones “El sitio de Leningrado” que “ser
artista durante el asedio fue una experiencia tanto abrumadora como
desgarradora. Las salas estaban siempre atestadas, algo que me parecía
extraordinario”. El ejército Rojo, consciente de la importancia del evento
instaló altavoces orientados hacia las líneas enemigas por todo el perímetro
defensivo de la ciudad.
Por cierto, en la página web de
la inmobiliaria
hay un video de una televisión rusa donde se puede ver el estado actual de la
vivienda.