Bernhard Weiss (Berlín, 1880-
Londres, 1951) fue un abogado de origen judío y Vicecomisario de la policía de
Berlín durante los convulsos años que siguieron a la derrota alemana en la
Primera Guerra Mundial. Weiss protagonizó hace 85 años una de las primeras
campañas propagandísticas promovidas por el Partido nazi para hacer dimitir a
un funcionario público de aquel país.
Antes de finalizar la guerra
europea, Alemania se vio inmersa en graves disturbios provocados por las
condiciones de vida que sufrían sus ciudadanos desde el inicio del conflicto.
El temor a que se produjera una revolución bolchevique planeó sobre los territorios
del imperio e hizo temblar a sus dirigentes. Peter Fritzche en su libro “De
alemanes a nazis 1914-1933 (Siglo Veintiuno Editores, 2006) dice al respecto
que “Bajo los rigores de la guerra la sociedad alemana pareció disolverse
lentamente en encolerizadas facciones […] Una corrupción sin precedentes dentro
de la burocracia, pequeños vandalismos y delitos contra la propiedad realzaban
la atmósfera de amargura y agresividad de la población”. La revolución de
noviembre de 1918, con sus consejos de trabajadores y la posterior caída del
Kaiser, provocaron graves enfrentamientos armados en todo el país.
Ante esta situación, el
Ministerio del Interior de Prusia nombró a Weiss, condecorado con la Cruz de
Hierro en la guerra en la que luchó como capitán de caballería, como Jefe
Adjunto de la Policía Criminal de Berlín, la Kripo. Sus métodos no pasaron desapercibidos a sus superiores ni a
sus compañeros. Weiss aplicó los avances científicos de la época en la resolución
de crímenes con la mejora de los microscopios, con la incorporación de polígrafos
más fiables, y de análisis de sangre más precisos. Además, creó el primer laboratorio móvil de la
historia del crimen – llamado de manera informal como el "vagón de
Weiss" - que podía viajar a la escena del crimen, lo que mejoró la calidad
de la recogida de las pruebas forenses. La tasa de resolución de crímenes llegó
al 97% de los casos, y se llegó a comparar a la Kripo con el Scotland Yard británico.
En 1925, este auténtico pionero a
la hora de renovar los métodos de la policía científica, se convirtió en el máximo
responsable de la Kripo. Dos años más
tarde, fue nombrado Vicecomisario de toda la policía de Berlín.
El papel de Weiss al frente,
primero de la Kripo y después de toda
la policía de Berlín, no fue fácil en la época que le tocó vivir: la República
de Weimar. Este período histórico está comprendido entre el final de la Primera
Guerra Mundial y el ascenso de Hitler al poder en 1933. Los primeros años de
Weimar estuvieron marcados por la crisis política, económica, y social. La
nueva república no gustaba al Ejército, ni a la burguesía nacionalista, ni a
los grupos de extrema derecha, ni a los de extrema izquierda. El abogado y
policía, que perteneció al Partido Democrático Alemán como Albert Einstein, intentó
en todo momento que la policía de Berlín defendiera la democracia
parlamentaria, con lo que se ganó enemigos a ambos lados del espectro político
alemán.
El historiador Michael Burleigh,
en su libro “El Tercer Reich” (Taurus, 2002), afirma que “En la actitud de la policía con los
extremistas durante la República influyeron la clase y una campaña de violencia
terrorista. Por el contrario los nazis, salvo objetivos como el Vicecomisario
de Berlín Bernhard Weiss, optaron […] por una actitud pasivo-agresiva hacia la
policía y fueron retóricamente firmes en cuanto a la ley y el orden”. Burleigh
añade que “Las simpatías de los policías probablemente se inclinasen por la
derecha, aunque esto es difícil de determinar con cierta exactitud, ya que les
estaba prohibido ingresar en el Partido Nazi, pero eso no quiere decir que no
pudieran simpatizar secretamente con él”
En 1927 la policía de Berlín
clausuró la sede local del Partido Nazi e interrumpió la recaudación de fondos
y su propaganda editorial. Pero aquí no acabó su dureza respecto a los camisas
pardas. En agosto el mismo año Weiss encarceló a 500 seguidores nazis cuando
regresaban de un mitin en Nuremberg, acusándolos de pertenecer a una
organización ilegal.
La presión de Weiss contra
Partido Nazi fue tan intensa que en las elecciones locales en Berlín que se
celebraron en mayo de 1928, los seguidores de Hitler solo obtuvieron el 1,5% de
los votos. Fue entonces cuando la maquinaria propagandística nazi se puso en
movimiento. El futuro Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, puso en su punto
de mira al policía y comenzó una campaña de desprestigio en su diario Der Angriff (El Ataque). El hecho de ser
judío y estar al frente de la policía de Berlín fue la munición que utilizaron
los nazis contra Weiss. De esta manera se convirtió en el judío más odiado y
estigmatizado de la República de Weimar.
La respuesta de Weiss fue
demandar a Goebbels para impedir que hablara de él por difamarlo en este
diario. El policía ganó varias veces sus batallas legales, pero con la llegada
al poder de Adolf Hitler en 1933, Weiss fue despojado de su ciudadanía alemana
al ser judío. Junto con su familia, Berhard
Weiss emigró a Londres, donde murió de cáncer en 1951 a la edad de 71 años. Actualmente
el atrio de la estación de Friedrichstrasse en Berlín lleva su nombre.
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