La fama estuvo toda la vida
rondando al escritor norteamericano de ciencia-ficción Philip K. Dick
(1928-1982). Pero le llego tarde el reconocimiento al autor de novelas como El
hombre en el castillo (1963), ¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas? (1968) que inspiró la película Blade Runner,
o Ubik (1969). Como otros muchos
escritores calificados de “malditos”, Dick tuvo una vida llena de problemas
económicos. Las adaptaciones al cine de algunas de sus obras, las constantes
reediciones de sus novelas o relatos han solucionado la vida a su variada familia,
que goza de los ingresos producidos por los derechos de autor que el escritor
en vida apenas pudo disfrutar. Dick murió poco antes del estreno de Blade Runner, película que lo situó en
ese punto de popularidad en el que el trabajo de un escritor o un artista
empieza a ser descubierto por el gran público. Pero ese no fue el caso del
norteamericano.
La lista de autores de ciencia
ficción que apostaron por ese género, a pesar de saber que no era una salida
profesional digna y que les condenaba a ser olvidados por las grandes
editoriales, es casi interminable. Baste con citar al español Pascual
Enguidanos (1923-2006), autor de la llamada “Saga Aznar” reconocida como la
mejor serie de ciencia-ficción publicada en Europa, según la Convención Europea
de Ciencia Ficción, celebrada en Bruselas en 1978).
Philip K. Dick es autor de
numerosos relatos adaptados con mayor o menor fortuna al cine. Destacan La segunda variedad que se transformó en
1996 en Asesinos Cibernéticos, La paga, que se convirtió en Paychek en 2003, o El informe de la minoría (The
minority report) llevada a la gran pantalla por S. Spielberg en 2002 con
Tom Cruise como protagonista.A la dcha. el director de cine R. Scott. a, la izda. P. K. D
La influencia de Philip K. Dick en
el género de la ciencia-ficción es indudable ya desde sus primeras novelas
escritas a mediados de los años cincuenta del siglo pasado. Por ellas desfilan
gobiernos totalitarios, empresas que gobiernan veladamente las sociedades donde
se encuentran, o las drogas como vehículo para la alteración de la consciencia
pero promocionadas por empresas para que los ciudadanos no se den cuenta de la
triste realidad que les rodea.
Gregg Rickman, el mayor
cronista de Dick, propuso en Philip K. Dick. In
his own words (1984) un esquema con tres etapas para orientarnos en
la amplia obra dickiana:- La primera (1951-1960), la etapa política, abarca desde los primeros cuentos hasta Confesiones de un artista de mierda.
- La segunda (1962-1970), la etapa metafísica, desde El hombre en el castillo hasta Fluyan mis lágrimas, dijo el policía.
- La última etapa (1974-1981), la etapa mesiánica, desde la experiencia VALIS hasta la publicación de La transmigración de Timothy Archer.
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Como ejemplo de las distopías en Philip K. Dick
tenemos La penúltima verdad (1964)
donde la humanidad se encuentra recluida en unas ciudades subterráneas donde se
ha refugiado después de estallar la 3ª Guerra Mundial mientras un grupo de
políticos y dirigentes conduce la guerra en la superficie con la ayuda de
ejércitos de robots que se fabrican en los asentamientos bajo tierra.
“Realidad es lo que no desaparece cuando has
dejado de creer en ella.”, dice el escritor en su novela más autobiográfica, Valis (1981). Precisamente la capacidad
para percibir la realidad como algo coherente y real, o como un engaño
constante que incluiría saltos en el tiempo o la participación de robots con
apariencia humana, son otro de sus temas preferidos.
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Contactara o no con una inteligencia
superior, Dick empezó a escribir de manera compulsiva una especie de diario tras
sus experiencias visionarias en febrero y marzo de 1974, a las que denominó
"02.03.74". Estas visiones se iniciaron poco después de que el
norteamericano se viera afectado por la extracción de una muela del juicio.
Cuando una repartidora de la farmacia trajo su medicación para el dolor, se dio
cuenta del collar Ichthys que llevaba y la preguntó qué quería decir. Ella
respondió que se trataba de un símbolo utilizado por los primeros cristianos, y
en ese momento comenzaron las experiencias religiosas de Dick. El escritor experimentó
más visiones, incluyendo una presentación alucinatoria de patrones abstractos y
una rica información de un haz de luz rosa.
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Este pasado mes de noviembre se publicó el primer volumen de esta obra en inglés editada por Houghton Mifflin. Con todo, la obra de Dick sigue siendo desconocida para la mayor parte del público lector de ciencia ficción de nuestro país. La diversidad y profundidad temática de sus obras hacen del norteamericano un autor de culto en estos inicios de siglo XXI.
Muy ineresante, Mario. Me seguiré informando del tema.
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