Casi
un siglo después del inicio de la Gran Guerra en 1914, este conflicto continúa
generando informaciones interesantes. El pasado mes de septiembre, el blog
norteamericano Ptak Science Books reveló la existencia de unos planes del
gobierno francés para construir una réplica de la ciudad de Paris en 1918: A
Paris Made to be Destroyed--Sham Paris, 1917/18. Realmente estos planes
fueron hechos públicos por la revista francesa L’Illustration en su número del
2 de octubre de 1920. Además, estas informaciones fueron recogidas y ampliadas
por “The Illustrated London News” en su número del seis de noviembre de 1920 que
acompañaba la noticia con varias fotos y planos de la supuesta ciudad fantasma.
Los
orígenes del plan los encontramos en 1917 cuando los bombarderos Gotha hacen
sus primeras incursiones contra Londres. El gobierno francés piensa que Paris
está dentro del radio de acción de este tipo de aviones y pone en marcha esta
curiosa iniciativa. Bajo el impulso de la Secretaría de Estado de la
Aeronáutica y la Defensa Aérea, se plantea no solo recrear algunas calles de la
ciudad sino toda la aglomeración urbana que sea posible. Hay que tener en
cuenta que estamos en una época donde el radar no existía y los bombardeos se
realizaban “a ojo”. Es decir, que dependían de la cualidad visual de los
tripulantes de los aviones.
La
revista francesa L’Ilustration recoge parte de un informe oficial donde se dice
que “Las dificultades de ejecución serian grandes”, y añade que “sería
necesario utilizar un brazo del Sena parecido al que atraviesa la ciudad, y no
un artificio de camuflaje. Hace falta que las zonas designadas para los
bombardeos del enemigo no estén cerca de localidades habitadas”.
En
este sentido el alto mando francés eligió tres áreas: el nordeste, el noroeste
y el este de Paris. En el primer caso se debía de construir replicas de Saint
Dennis, Aubervilliers, y dos estaciones falsas de tren como la Gare Est y la
Gare du Nord. “Sin olvidar –añade- las
fábricas que pueblan este barrio del norte de Paris”. En las otras zonas se
debía reproducir líneas férreas o los Campos Elíseos, entre otros puntos
destacados. En todo caso el gobierno reconocía que “los servicios antiaéreos no
disponen de ningún medio para realizar esta obra y deben de dirigirse a la
industria privada”
Detrás
de cada gran proyecto o idea hay una persona encargada de llevarlo a cabo. En
este caso el gobierno francés pensó en ingeniero, de origen italiano, Fernand
Jacopozzi que se había encargado antes de iniciarse el conflicto armado de iluminar
la Torre Eiffel o los Campos Elíseos, entre otros lugares. El primer proyecto
que se pensó en construir fue al noreste de Saint Dennis, concretamente en Orme
de Morlu.
En
este sitio se pensó en construir la falsa Gare del Este, situada entre las localidades
de Seyran y Villepinte. Esta parte
del plan establecía la construcción de vias férreas, trenes estacionados, y una
fábrica trabajando a pleno rendimiento con chimeneas humeantes. Los edificios
se harían de madera y estarían recubiertos con "lienzos pintados, tensados
y translúcidos, para imitar los techos de vidrio sucio de los edificios".
La principal dificultad fue la intensidad de iluminación « para
llamar la atención del enemigo, pero no sus sospechas »
En
toda esta operación destacaba "el arte de la ingeniería eléctrica", según
publicó la revista inglesa. Se utilizaron
"lámparas de vapores producidos artificialmente que, alternativamente, producían
luces de colores diferentes (blanco, amarillo y rojo)," para imitar las producidas
en las viviendas. Por otro lado, se utilizaban luces laterales que proyectaban
luz hacia afuera, como si provinieran de las ventanas de dichos inmuebles. Pero
al final, fue la realización de un tren en movimiento lo más costoso y difícil.
Se trataba de un "dispositivo de camuflaje extendido que medía de 1800 a
2000 metros, y su iluminación iba gradualmente desde un extremo a otro".
En
un número de 1930 de la Revue Militaire se ofrecían más datos sobre este
proyecto. Según esta revista las instalaciones estaban listas para ser puestas
en marcha justo “después del último ataque alemán en París en septiembre de
1918;". Pero en la revista un militar francés deja claro que era un
experimento, y no estaban basadas en la “experiencia”.
Con
todo, la audacia del gobierno francés es digna de elogio al poner en marcha un
proyecto de tal envergadura. Al final, los franceses querían que los alemanes
bombardearan Paris, pero el “falso” Paris, claro.